Por Georgia Solari
La ariqueña y actual Jefa de Gabinete del Gobierno Regional Brunella Vinet Mattasoglio está postulando para ser parte del proceso constituyente por el Distrito N°1 de Arica y Parinacota, el cual abarca las localidades de Arica; Camarones; General Lagos y Putre.
Esta mujer, nacida y criada en Arica, sabe perfectamente cuales son las problemáticas que tiene la región. Es por ello que dentro de sus propuestas para la elaboración de una nueva Constitución destaca la descentralización y empoderamiento regional en todo el país, queriendo acercar el Estado a la ciudadanía y avanzar en un desarrollo territorial equitativo.
Esta proposición va de la mano con las capacidades institucionales de los municipios y la comunidad local, queriendo priorizar lo local por sobre lo regional y lo regional por sobre lo nacional y así, impulsar desde lo local la reducción de inequidad territorial en la disposición de oportunidades, bienes y prestaciones públicas requeridas por los ciudadanos.
Sin embargo, no es la única propuesta que tiene Brunella Vinet para escribir en la nueva Carta Magna. La Equidad de género debe ser un deber del Estado, dice la candidata. La igualdad efectiva entre mujeres y hombres debe incorporarse como un deber estatal, debe implementarse con acciones positivas para erradicar la violencia contra las mujeres y que, además, se consideren las particularidades que afectan a las mujeres indígenas, niñas, adolescentes y en especial la precariedad de las mujeres de la tercera edad.
Creo además, que la Constitución debe procurar la igualdad en el acceso al empleo, los salarios y el acceso a cargos de alta responsabilidad, como también incorporar las directrices que permitan al legislador avanzar en las políticas públicas vinculadas al fomento de la corresponsabilidad. La omisión del Estado en este tema ha contribuido a que la violencia y otras formas de discriminación ocurran, y en muchos casos, se normalicen.
La Constitución deberá declarar expresamente que el Estado reconozca y ampare, con igual consideración y respeto los más diversos proyectos de las vidas personales, familiares y asociativos. Como también la igualdad relacional y la igual dignidad de las personas como el gran motor de la paz en las sociedades democráticas y abiertas, concluye Vinet.